lunes, 3 de agosto de 2009

RECONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO

“El conocimiento del objeto es una abstracción[1] que se relaciona con sus propiedades o con las acciones aplicables a él y que para el sujeto cognoscente se traduce en una representación”.

Louis Not

La cultura es el medio dado en que el individuo se desarrolla mediante la experiencia; en este proceso el sujeto empieza a edificar su realidad a partir de los significados encontrados en su actividad de exploración y descubrimiento por el mundo. De esta manera, estamos hablando de una interpretación de lo que hay fuera con el fin de abstraer la información y hacerla parte de nuestra individualidad. Este procedimiento es la reconstrucción del conocimiento.

En la reconstrucción del conocimiento actúan en una relación recíproca tanto el sujeto como el objeto. El sujeto manipula y utiliza el objeto para comprenderlo y comprender a través de él. El objeto actúa en el sujeto a la vez que su existencia depende de la manipulación que de él haga el sujeto para aproximarse al conocimiento. Sujeto y objeto irán participando en esa reconstrucción modificándose el uno al otro tejiendo una red de relaciones. Al final, el resultado será incorporado en esta misma red e irá dando paso a una renovación constante del sistema.

En efecto, se trata de una empresa rigurosa que demanda determinadas condiciones por parte del sujeto tales como el discernimiento y la autonomía. En este sentido, es pertinente aclarar que no existe sólo la relación sujeto-objeto y viceversa sino también la relación entre sujetos. Esta última es la que refuerza, desecha o polemiza las reconstrucciones hechas de forma individual. La legitimación de una reconstrucción se da en la interacción entre sujetos.



[1] La inteligencia es siempre el arte de fabricar sistemas de abstracciones en presencia de una situación o de un universo, y de insertarlas en esa situación o en ese universo. Definición que se aplica tanto a la inteligencia práctica como a la inteligencia teórica”. H. Delacroix, Les grandes formes de la vie mentale, p. 153.