lunes, 3 de agosto de 2009

EL PROPÓSITO DEL EDUCADOR POPULAR

La educación popular en América Latina partió como un deseo de transformación; la lucha por la igualdad inspira revoluciones y teorías de liberación que contemplan en la educación el inicio de una nueva sociedad calificada para emanciparse. Con este propósito y con diferentes intenciones la iglesia y los librepensadores de la época desarrollan escuelas y propuestas educativas con el fin de armar a los ciudadanos ya sea capacitándolos en busca de la productividad, en una dinámica de participación en la organización o despertando una conciencia crítica entorno a la desigualdad de clases.

En el campo o en la ciudad, desde la iglesia o desde la academia se erige la idea de una educación popular. Sin embargo, se van haciendo necesarios unos supuesto teóricos que orienten esta labor. Con este objetivo el teórico de la educación Paulo Freire aporta algunas ideas, además del brasileño, pocos se detienen en la reflexión entorno a la acción educativa. Con la confusión entre pedagogía y metodología nacen otros problemas que parten del contexto social, político y económico mundial.

En el siglo XXI la globalización pretende la unidad eliminando la diversidad. La clase popular deviene entonces en aquellos contrarios a la mundialización. La defensa de la identidad cultural de las minorías y el conflicto por la independencia política y económica resucitan la oposición de décadas atrás. La educación popular ya no depende de un deseo de liberación. El conflicto interno que se desata con la sociedad de consumo, el capitalismo y el desarrollo tecnológico crea al ciudadano del mundo, el nuevo cliente de la educación popular.

Hoy, el educador popular debe realizar su labor asumiendo el contexto del estudiante y tratar de transformarlo a través de la socialización cultural dentro y fuera del aula. Allí se dará la autoafirmación, el reconocimiento del uno por el otro y por tanto el descubrimiento de una relación de semejanza que nos obliga a la solidaridad en la medida que seamos conscientes de nuestra infinita transformación como seres humanos.