sábado, 26 de septiembre de 2009

LAS POLÍTICAS DE GLOBALIZACIÓN EN LOS PLANES EDUCATIVOS

La escuela, ya sea privada o pública, es una organización con fines específicos y se encuentra en relación reciproca con el macrosistema de la educación que pretende transmitir ideologías, valores, conocimientos y dar al individuo un rol dentro de la sociedad. En estas condiciones la escuela debe responder a la institución de una manera dinámica, discontinua y emergente a través de nuevos proyectos pedagógicos que se encuentren en consonancia con las demandas de la población en vías de alfabetización.

Con estas condiciones, las nuevas tendencias y políticas educativas han dado respuesta al fenómeno de globalización. Los nuevos planes de educación transmiten la idea de una escolaridad para todos, que garantice un empleo inmediato, que forme en los conocimientos prácticos y que tenga en cuenta el desarrollo tecnológico. Esto quiere decir que estamos acudiendo a la formación de empleados que trabajarán para una cantidad reducida de empleadores que son la empresa privada y, lo que es aún peor, las grandes multinacionales.

En nuestra ciudad, estamos viviendo el desarrollo de “Bucaramanga, empresa de todos”. Un proyecto de Fernando Vargas que pretende impulsar la creación de empresa privada en Bucaramanga garantizando hacer más ricos a los ricos. Dentro de este plan se contempla que todos los niños vayan a la escuela, erradicar el analfabetismo y aprender a través del uso de nuevas tecnologías. Como sabemos, las aulas están llenas de estudiantes, los maestros están trabajando con un salario injusto, la calidad de la educación disminuye aceleradamente y las tecnologías se ven representadas en unas cuantas computadoras y un tablero interactivo para cientos de estudiantes.

Lo anterior, demuestra que la globalización está llegando a todos los rincones del planeta. La imposición de una política de productividad ha sido vendida al aparato político del mundo. Los destinos principales del dinero son y seguirán siendo la empresa privada y el armamento con el ánimo de fortalecer los eternos conflictos y ansia de poder.

Como maestros podemos hacer poco, pero con ese poco que hagamos será suficiente para transformar en un aspecto mínimo la realidad inmediata. Si lo queremos, podemos convertir el aula de clase en una revolución inteligente, en la creación de mentes críticas.

sábado, 22 de agosto de 2009

EL PARADIGMA EDUCATIVO ALEMÁN

Hasta el momento el sistema de educación alemán es el más exigente y el que más diferencias posee con el nuestro. El rol familiar en la educación, la obligatoriedad de la asistencia, el currículo, las jornadas de estudio, las etapas de formación y sus exámenes, son aspectos característicos que trataremos de abordar.

En primer lugar tenemos que la familia complementa la formación religiosa del educando. Como la educación corresponde al estado los padres los matriculan en la escuela del estado donde viven, la más cerca y que se acomoda a su visión del mundo. Los padres deben pagar la educación en un principio, pero la mayoría de ella es gratuita. En cuanto a los exámenes, ellos comparten el estrés de los estudiantes cada que avanzan de una etapa a otra. No pueden incidir en cuál secundaria matricular al educando, tienen autoridad restringida, los maestros y directivos poseen la última palabra en cuanto al tipo de estudio secundario que debe seguir el estudiante.

En cuanto a la obligación de ir a las escuela tenemos que se amplía el periodo respecto a otros sistemas como el francés y el español; salir de la escuela es difícil y debe estar bien justificado por el padre de familia y faltar a ella es aún más comprometedor. Ésta es una muestra de la rigurosidad del sistema. Sin embargo, se crea un sentido de responsabilidad porque las puertas permanecen abiertas y no hay guardias de seguridad.

En cuanto al currículo tenemos que está diseñado según las capacidades e intereses del niño; estudian el latín, el francés y el inglés. Según el tipo de estudio que se haya escogido los estudiante se van especificando en algún campo y los estudios se extienden varios años con resultados realmente óptimos. Actualmente, la jornada escolar es realmente corta aunque se está ampliando para facilitar el trabajo de los padres.

Las etapas de formación son bastante exactas y largas, para pasar de una a otra es necesario un riguroso examen y se es clasificado según los resultados, el Kinder se enfatiza en la socialización antes que en la cognición. El sistema de calificaciones va del uno al seis donde uno corresponde a la calificación más alta.

Lo anterior, aunque parezca una disciplina bastante severa, está encaminado a la emancipación del hombre a través de la educación y su puesta en escena dentro de la cultura. La interacción y el aprendizaje social garantizan la enculturación del individuo como proceso básico de la existencia humana. En esta empresa, cada educando tendrá las mismas oportunidades de aprender. El aprendizaje en el paradigma alemán es interior, se trata más del ser, de su espíritu y de su ética que del hacer. La expresión de este aprendizaje interior se da en la acción y el comportamiento, de allí la importancia del desarrollo de habilidades.

miércoles, 19 de agosto de 2009

UNA METODOLOGÍA EDUCATIVA BASADA EN ESTÁNDARES DE RENDIMIENTO Y EFICIENCIA

El paradigma anglosajón de la formación tiene una propuesta que pareciera atrevida, pero a la cual nos acercamos con sigilo. La educación concebida desde lo económico, vista como una inversión y pensando en la oportunidad de empleo desarrolla técnicas de elaboración del programa escolar en miras de que el educando implemente comportamientos utilitaristas.

Partiendo de un diagnóstico de necesidades se racionalizan los actos educativos de manera que garanticen el rendimiento y la eficiencia. Así, todo está premeditado en la educación: los contenidos vinculados a concepciones provenientes de la economía de la educación, administración científica del trabajo y el pragmatismo; el perfil del egresado, la duración del programa que debe ser obviamente corta con tal de guardar el principio de la economía y no prolongar la inversión y por supuesto la rentabilidad.

Nos cuesta trabajo identificar este planteamiento en la educación colombiana cuando, a pesar de nuestra falta de recursos económicos, hemos insistido en la formación integral que comprenda una dimensión cognoscitiva y de la personalidad. No obstante, el modelo capitalista se ha ido colando desde gobiernos atrás; los programas de estudio se van haciendo más cortos y el analfabetismo funcional es aceptado como la salida de emergencia más rápida.

Frente a esta encrucijada las opiniones están divididas y en ocasiones la balanza se inclina hacia el paradigma anglosajón. La razón está en los bolsillos vacíos, en las panzas hambrientas, en la sobrepoblación; pero existen también razones como la violencia, el desplazamiento forzado, la intolerancia y la discriminación que nos hacen pensar que una sociedad sin valores tiene menos posibilidades de sobrevivir que una sociedad económicamente desarrollada.

jueves, 13 de agosto de 2009

LA DOCENCIA FRENTE A LAS ACTUALES TENDENCIAS DELA EDUCACIÓN

La educación en Colombia aborda tantas problemáticas que estudié para convertirme en maestra. Quizá la voluntad de un espíritu no haga la diferencia, pero se tiene la posibilidad de contagiar a más de uno con sus ideas, con sus propósitos y sus sueños.

Sabemos que las tendencias educativas actuales hacen que la relación entre cobertura y calidad sea inversamente proporcional. Las nuevas políticas del estado vendieron una idea de autonomía financiera que llenó las aulas de clase y empezó a afectar a la comunidad educativa en general; por cada educando matriculado la institución recibe un estímulo económico, sin embargo, no aumentan el personal requerido, los espacios físicos ni los equipos que garanticen un buen funcionamiento de la escuela.

En este panorama el maestro parece estancarse. Su esfuerzo y su experiencia tienen un reconocimiento profesional y económico pobre o nulo. Lejos de ser el paraíso intelectual, la escuela se convierte en una experiencia aniquiladora que adormece el ingenio y nos enseña a sufrir con paciencia los defectos de los demás. Está prohibido aburrir al educando, la atención fotográfica del estudiante obliga al maestro a abordar los contenidos en el menor tiempo posible y a través de métodos interactivos que partan de la iniciativa del propio estudiante, aunque pierdan el objetivo académico.

Además, se tiene por supuesto que el maestro está designado a corregir al niño, a formarlo, instruirlo y prepararlo para enfrentar las demandas y ofertas del mundo en globalización. La primera paradoja en este planteamiento está en concebir al maestro como un fracasado predestinado a la pobreza, pero a quien al mismo tiempo se le confía la educación de los ciudadanos del futuro. En segundo lugar encontramos la evasión de los padres de familia respecto a la labor educativa; en este caso el temor a asumir la autoridad y a abandonar la juventud está negando a los niños la posibilidad de tener una primera socialización donde se prepara para enfrentar luego la etapa de la escuela. Lo anterior crea un conflicto en la medida que el educando estará desarrollando una etapa de su formación en un contexto que no corresponde, un fracaso en esta situación podría determinar esquemas de comportamiento que afecten al individuo hasta la adultez. En tercer lugar está la escandalización frente a la avalancha de modelos e información que reciben la niñez y la juventud y su manera de interpretarlos, y cómo la escuela y los maestros deben lograr un equilibrio “sano” por así decirlo. En cualquiera de estas tres situaciones la figura del maestro resulta la más recurrente pese a considerarlo incapaz de mayores logros.

En este sentido, nos encontramos con la dificultad de tener un poder restringido y temporalmente concedido que podemos utilizar siempre y cuando sea en servicio de la sociedad. En nuestra labor, la modernidad ha implantado generosamente un sinnúmero de dilemas que nos señala como responsables de una transformación positiva que parta desde la negación hacia el enfrentamiento de la misma modernidad. La televisión, la internet, los juegos de video, las drogas, el sexo, la religión, la ética y la sociedad de consumo bombardean desde la primera infancia; es frente a estos aspectos que debemos concienciar a los educandos, pero pretenden que lo hagamos prohibiendo su uso y mitificando su existencia.

En suma, nuestro sistema educativo plantea tantos retos que nunca es tarde para asumir la responsabilidad de ayudar a que otros encuentren el camino a partir de nuestra orientación.

sábado, 8 de agosto de 2009

¿CUÁNTO DEBEN DURAR LOS ESTUDIOS ACADÉMICOS EN UNA INSTITUCIÓN?

Observando el sistema educativo francés encontramos que la educación que depende de la institución se da a partir de los dos años en “La crèche”, enseguida está “L’école maternelle”, a los seis ó siete años el niño ingresa a “L’école primaire”, más tarde vienen tres años en la etapa del “Collège” y los estudios que certifican al ciudadano para la vida laboral que toman tres años más. Si se es aspirante a una preparación profesional se pasa del “Collège” al “Lycée”, “La licence”, dos maestrías y finalmente un doctorado. Lo anterior quiere decir que tomaría entre veinticuatro ó veinticinco años llegar a tener el título en un doctorado.

Tan exhaustiva misión nos hace preguntarnos ¿vale la pena arriesgarse a dedicar tantos años de estudio en una institución? Me refiero a un riesgo por varios motivos; el primero de ellos es la calidad de esa educación. Puede que algunas instituciones hagan esfuerzos por brindar a la comunidad educativa sus mejores propuestas, pero eso sucede en ocasiones reducidas que tienen sus límites más que todo en lo económico; la educación de calidad, si bien es un derecho de todos es un deber que pocos cumplimos y que por ende pocos gozan.

El segundo motivo que justifica la inseguridad es lo alejadas que se encuentran las instituciones del contexto real del educando. Actualmente muchos caemos en el dilema de si se aprende más “viviendo” (practicando sin ninguna teoría y a través del ensayo-error) o asistiendo a la escuela; la idea en realidad no resulta descabellada si se piensa en aquellas familias que necesitan con urgencia que sus generaciones más jóvenes empiezan a producir para sacar la cabeza del lodo de la pobreza.

En tercer lugar están las oportunidades de trabajo que tiene una persona con estudios que tomaron más de veinte años en comparación con una que ha dedicado doce o trece. Hoy por hoy, sobretodo en nuestro país, las pequeñas, medianas y hasta grandes empresas prefieren estudios técnicos y de instrucción que hayan capacitado al empleado en determinado campo. Esta elección les permite contratar mano de obra calificada a un bajo costo. No siendo suficiente muchas de estas personas son explotadas durante sus primeros meses de trabajo con el pretexto del “periodo de prueba” o “etapa de adquisición de experiencia”. Una vez superado dicho periodo el empleado se convierte en un tipo de ser humano “orquesta” que se desempeña en cualquier oficio aun si no lo contempló su programa de estudios. Por el contrario, aquél que estudió una veintena de años se considera demasiado “preparado” para el puesto y con una aspiración salarial imposible de cubrir.

Tenemos entonces un presente de profesionales exiliados, inmigrantes y frustrados. A partir de esta realidad se pide paradójicamente a los maestros convencer a sus estudiantes de que estudiar es la mejor opción; a pesar de esta realidad un porcentaje considerable de jóvenes sigue ingresando a las universidades; contra esta realidad deben reaccionar las empresas privadas y del estado con tal de motivar la integración a la escuela y con esta realidad ¿vale la pena arriesgarse a dedicar tantos años de estudio en una institución?

proto expo Not

pendiente...

proto bruner

pendiente...

lunes, 3 de agosto de 2009

SIEMPRE PROMESA

En las diferentes épocas, el niño ha sido lo que se espera que sea. El sistema educativo actual como el de hace siglos está centrado en las futuras generaciones. No obstante, el anhelo de ser de cada sociedad varía conforme a los factores que la afectan, los que en ella influyeron y los campos de acción futuros. La creciente economía, por ejemplo, arrasa con su dinámica mercantilista e impone el ritmo acelerado de las tasas en la vida privada del hombre. En la educación, los rencores, las frustraciones, las virtudes, los modelos, la ambición, y otros tantos pesares e ilusiones de los padres y maestros, van marcando al niño en sus primeros años. Sea en una institución o fuera de ella hemos sido producto de. Hasta este punto se haya definido el niño como la promesa de lo que se pudo ser, de lo que se quiere llegar a ser, el fruto de la “preciosa educación temprana” de la que habla Rafael Pombo en uno de sus poemas; pero ¿Tenemos hoy la misma concepción?

El niño no es más una masa moldeable, es un ser humano con derechos y deberes, a quien se le tiene en cuenta en todas sus dimensiones. Este mismo paso nos ha reivindicado en la justicia y la igualdad y nos ha costado un cambio significativo en los esquemas de autoridad tradicionales. El maestro y los padres dejaron de tener la última palabra para convertirse en los guías y compañeros. El niño empieza a construir para sí un mundo pluricultural que ha llegado a él a través de los medios de comunicación masiva y los avances tecnológicos donde la diversidad de opciones le otorgan la autoridad de escoger cómo, dónde y cuándo. La interacción directa con el otro desaparece desde la etapa del juego y los valores de la familia, la escuela y la iglesia son reemplazados por los valores del primer mundo.

En este sentido el niño es una persona multidimensional que adapta el entorno de acuerdo a sus demandas, que hace que el sistema educativo entre en crisis cada vez que no es capaz de responder a sus necesidades inmediatas, el niño modifica y autoriza. Sin embargo, existen casos en que ni la sociedad, ni los padres, ni los maestros somos tan justos e igualitarios. La sobrepoblación y la pobreza han llevado a las aulas cantidades de pequeños mundos, seres humanos complejos que no tienen la oportunidad de ser escuchados y de ejercer esa autoridad que tienen otros. El niño, por lo tanto, sigue siendo para la educación la promesa que la sociedad demanda.

EL PROPÓSITO DEL EDUCADOR POPULAR

La educación popular en América Latina partió como un deseo de transformación; la lucha por la igualdad inspira revoluciones y teorías de liberación que contemplan en la educación el inicio de una nueva sociedad calificada para emanciparse. Con este propósito y con diferentes intenciones la iglesia y los librepensadores de la época desarrollan escuelas y propuestas educativas con el fin de armar a los ciudadanos ya sea capacitándolos en busca de la productividad, en una dinámica de participación en la organización o despertando una conciencia crítica entorno a la desigualdad de clases.

En el campo o en la ciudad, desde la iglesia o desde la academia se erige la idea de una educación popular. Sin embargo, se van haciendo necesarios unos supuesto teóricos que orienten esta labor. Con este objetivo el teórico de la educación Paulo Freire aporta algunas ideas, además del brasileño, pocos se detienen en la reflexión entorno a la acción educativa. Con la confusión entre pedagogía y metodología nacen otros problemas que parten del contexto social, político y económico mundial.

En el siglo XXI la globalización pretende la unidad eliminando la diversidad. La clase popular deviene entonces en aquellos contrarios a la mundialización. La defensa de la identidad cultural de las minorías y el conflicto por la independencia política y económica resucitan la oposición de décadas atrás. La educación popular ya no depende de un deseo de liberación. El conflicto interno que se desata con la sociedad de consumo, el capitalismo y el desarrollo tecnológico crea al ciudadano del mundo, el nuevo cliente de la educación popular.

Hoy, el educador popular debe realizar su labor asumiendo el contexto del estudiante y tratar de transformarlo a través de la socialización cultural dentro y fuera del aula. Allí se dará la autoafirmación, el reconocimiento del uno por el otro y por tanto el descubrimiento de una relación de semejanza que nos obliga a la solidaridad en la medida que seamos conscientes de nuestra infinita transformación como seres humanos.

RECONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO

“El conocimiento del objeto es una abstracción[1] que se relaciona con sus propiedades o con las acciones aplicables a él y que para el sujeto cognoscente se traduce en una representación”.

Louis Not

La cultura es el medio dado en que el individuo se desarrolla mediante la experiencia; en este proceso el sujeto empieza a edificar su realidad a partir de los significados encontrados en su actividad de exploración y descubrimiento por el mundo. De esta manera, estamos hablando de una interpretación de lo que hay fuera con el fin de abstraer la información y hacerla parte de nuestra individualidad. Este procedimiento es la reconstrucción del conocimiento.

En la reconstrucción del conocimiento actúan en una relación recíproca tanto el sujeto como el objeto. El sujeto manipula y utiliza el objeto para comprenderlo y comprender a través de él. El objeto actúa en el sujeto a la vez que su existencia depende de la manipulación que de él haga el sujeto para aproximarse al conocimiento. Sujeto y objeto irán participando en esa reconstrucción modificándose el uno al otro tejiendo una red de relaciones. Al final, el resultado será incorporado en esta misma red e irá dando paso a una renovación constante del sistema.

En efecto, se trata de una empresa rigurosa que demanda determinadas condiciones por parte del sujeto tales como el discernimiento y la autonomía. En este sentido, es pertinente aclarar que no existe sólo la relación sujeto-objeto y viceversa sino también la relación entre sujetos. Esta última es la que refuerza, desecha o polemiza las reconstrucciones hechas de forma individual. La legitimación de una reconstrucción se da en la interacción entre sujetos.



[1] La inteligencia es siempre el arte de fabricar sistemas de abstracciones en presencia de una situación o de un universo, y de insertarlas en esa situación o en ese universo. Definición que se aplica tanto a la inteligencia práctica como a la inteligencia teórica”. H. Delacroix, Les grandes formes de la vie mentale, p. 153.

EL PODER DE SER MAESTRO

El ser humano como individuo multidimensional es producto del conjunto de experiencias que va recopilando a través de su existencia. Como educadores tenemos gran responsabilidad en lo que estas prácticas puedan llegar a significar. Para muchos, el maestro está designado a corregir al niño, a formarlo, instruirlo y prepararlo para enfrentar las demandas y las ofertas de un mundo en globalización. No obstante existen varios obstáculos que debemos conquistar: el primero de ellos es la paradoja que existe al concebir al maestro como un fracasado destinado a la pobreza, pero a quien al mismo tiempo se le confía la educación de los ciudadanos del futuro. El segundo, es la evasión de toda responsabilidad respecto a la labor de la educación por parte de la familia. En tercer lugar está la escandalización frente a la avalancha de modelos e información que reciben la niñez y la juventud y su manera de interpretarlos; y cómo la escuela y los maestros deben lograr un equilibrio. En cualquiera de estas situaciones la figura del maestro resulta la más recurrente.

Sin embargo, nos encontramos con la dificultad de tener un poder restringido y temporalmente concedido que podemos utilizar siempre y cuando sea en servicio de la sociedad. En nuestra labor, la modernidad ha implantado generosamente un sinnúmero de dilemas que nos señala como responsables de una transformación positiva que parta de la negación hacia el enfrentamiento de la misma modernidad. La televisión, la Internet, los juegos de video, las drogas, el sexo, la religión, la ética y la sociedad de consumo bombardean desde la primera infancia, es frente a estos aspectos que debemos preparar los educandos, pero pretenden que lo hagamos prohibiendo su uso y mitificando su existencia.

Una manera de salir a flote consiste en convertir en aliados de la educación los aspectos de la socialización terciaria que ofrecen los medios masivos. Se trata entonces de ver la educación como un constante aprender y socializar tanto dentro como fuera de la escuela. La negociación cultural, el uso de la libertad, la conciencia de una formación constante, la enseñanza ejemplarizada, la libertad como un logro y formas más humanas de aprender constituyen la meta de un docente que no tiene un poder para servir sino que ha decidido reflexionar entorno a la educación para enseñar que el poder se adquiere conquistando la libertad se sí mismo.